Sin embargo, el Pentágono dijo el domingo que Washington no vio señales de un «ataque químico o biológico inminente en este momento».
Las dudas sobre un posible ataque con armas químicas por parte de Rusia surgieron esta semana después de que el Kremlin acusara a los estadounidenses de albergar armas biológicas en territorio ucraniano, una afirmación que la Casa Blanca rechazó pese a que la subsecretaria de Estado Victoria Nuland lo confirmó en el Senado.
Es llamativo que las autoridades estadounidenses adviertan que Moscú hace tales afirmaciones para poner falsos pretextos para un posible ataque, estiman comentaristas internacionales.
El portavoz del Pentágono, John Kirby, dijo el domingo en el programa «This Week» de la cadena ABC que Estados Unidos no vio “nada que indique algún tipo de ataque químico o biológico inminente en este momento», pero subrayó que el departamento está «observando esto muy, muy de cerca». Si ocurriera el presunto ataque, el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, dijo en el programa dominical «Meet the Press» de la NBC que su país está preparado para imponer «graves consecuencias» a Moscú, aunque no dijo cuáles serían.
Asimismo Sullivan dijo en el programa «State of the Union» de la CNN que el hecho de que Rusia acuse a Estados Unidos y a los ucranianos de utilizar potencialmente armas químicas y biológicas es «un indicio de que ellos mismos pueden estar preparándose para hacerlo, y que luego intentan echar la culpa a otro».
Las armas químicas son una de las muchas preocupaciones y, según comentaristas, Washington está cultivando ese terreno, lo que pudiera ser un anticipo de una operación de falsa bandera para culpar a los rusos.
Expertos recuerdan que igual escenario fue escenificado en Siria en 2012, y en años posteriores, para culpar al gobierno sirio del uso de tales artefactos y escalar la agresión estadounidense y de la OTAN contra esa nación del Medio Oriente.
Por otra parte, la acción rusa la víspera contra la base de Yavoriv, a 25 kilómetros de la frontera con Polonia, evidenció que Moscú cumple con su advertencia de frenar la entrada de armamento occidental, principalmente misiles antiaéreos y antitanques que Estados Unidos y la Unión Europea facilitan al Gobierno ucraniano.
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