Según la defensa del periodista australiano, la máxima instancia judicial del Reino Unido justificó su negativa a recibir el caso con el argumento de que la petición carece de un punto legal justificable.
En su lugar, el Tribunal Supremo puso el destino de Assange en manos de la ministra del Interior, Priti Patel, quien tomará la decisión a partir de fundamentos legales, aunque no se descarta una apelación ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
Estados Unidos persigue al ciberactivista por denunciar en WikiLeaks crímenes de guerra cometidos por militares norteamericanos en Iraq y Afganistán y publicar miles de cables secretos de la diplomacia de ese país.
De ser extraditado, el periodista podría ser condenado a 175 años de cárcel, a partir de los 17 cargos de espionaje que se le imputan.
Assange está encerrado en una prisión de máxima seguridad británica desde que el Gobierno de Ecuador le retiró la protección diplomática otorgada siete años antes y permitió que la Policía británica entrara a su embajada en Londres para arrestarlo el 11 de abril de 2019.
Aunque no está acusado de cargo alguno después de cumplir una condena de 50 semanas de cárcel por violar una fianza en 2012, la justicia británica decidió mantenerlo encerrado hasta que concluya el caso de extradición presentado por la fiscalía norteamericana.
En diciembre pasado, el Tribunal Superior londinense aceptó un recurso presentado por los fiscales estadounidenses contra la decisión de una corte de primera instancia contraria a extraditar a Assange a Estados Unidos por temor a que se suicide en la cárcel.
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