Mansour Zaid, funcionario del Ministerio de Planificación, y el director del PMA en Yemen, Richard Ragan, coincidieron en fortalecer el trabajo de ese organismo internacional en el país, precisó la agencia oficial de noticias Saba.
Durante una reunión ambas partes destacaron la importancia de aumentar las operaciones del PMA para aliviar la situación provocada por “las difíciles condiciones económicas que experimenta el pueblo yemenita como resultado de la guerra”, destacó la fuente.
En un comunicado conjunto emitido este mes, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura, el PMA y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia afirmaron que el país “está al borde de una catástrofe absoluta”.
Por su parte, la ONG Save the Children alertó que más de ocho millones de menores están al borde de la hambruna y necesitan desesperadamente acceso a la atención médica.
Según el Comité Internacional de la Cruz Roja, más de 20 millones de yemenitas, de una población de 30,5 millones, carecen de acceso a la salud básica y 16,2 millones están amenazados por la falta de alimentos.
A principios de año, el ministro yemenita de Planificación y Cooperación Internacional, Waid Batheeb, reveló que el conflicto provocó pérdidas económicas por valor de 126 mil millones de dólares.
La inflación alcanzó niveles récord y la moneda nacional (el rial) se depreció más de 300 por ciento mientras la crisis humanitaria afecta a más de 80 por ciento de la población y la pobreza al 78 por ciento, subrayó entonces.
La guerra comenzó en septiembre de 2014, cuando los rebeldes hutíes se levantaron en armas y ocuparon grandes extensiones del país, incluida su capital, Saná.
Al año siguiente una coalición árabe, encabeza por Arabia Saudita, intervino en el conflicto en respaldo del presidente Abd Rabbu Mansour Hadi, reconocido por la comunidad internacional.
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