El rotativo neoyorquino tuvo acceso a la carta de renuncia de Pomerantz luego que el fiscal del distrito de Manhattan, Alvin Bragg, detuviera un esfuerzo para buscar una acusación, algo que buscó durante meses de investigación su antecesor Cyrus Vance.
No juzgar al exmandatario era «un grave fracaso de la justicia», según sostuvo el magistrado en su carta de renuncia a la que accedió el diario.
El jurista renunció a ser parte de la pesquisa en febrero después de que el fiscal del distrito de Manhattan, Alvin Bragg, dejara abruptamente de perseguir una acusación contra el Trump.
La misiva relata porque el fiscal tomo la decisión de renunciar y por primera vez declara explícitamente su creencia de que la oficina podría haber condenado al expresidente. La decisión de Bragg de no proseguir el proceso iniciado por Vance fue «contraria al interés público», escribió.
Pomerantz, manifiestó en su misiva que Trump cometió delitos graves y que el equipo investigador del que formó parte no tenía dudas “sobre si cometió delitos: lo hizo», subrayó.
El magistrado junto a su colega Carey R. Dunne, otro fiscal superior que dirige la investigación, planeaban acusar al expresidente de falsificar registros comerciales, específicamente sus estados financieros anuales, un delito grave en el estado de Nueva York.
En la actualidad la pesquisa contra Trump despierta dudas luego de la decisión de Bragg aunque sus posteriores comentarios indican que su oficina sigue llevando a cabo la investigación aunque legalmente no puede no puede hacer comentarios sobre los detalles de la misma.
La posibilidad de una acusación ahora es incierta pero, si los fiscales consiguen una acusación contra Trump, será el caso de mayor perfil jamás presentado por la oficina del fiscal del distrito de Manhattan y convertiría a Trump en el primer expresidente estadounidense en enfrentarse a cargos penales.
Antes de la situación actual, gran parte del debate se centró en si los fiscales podían demostrar que Trump falsificó a sabiendas el valor de sus activos en las declaraciones financieras anuales, según el Times, un elemento necesario para probar el caso.
Tanto Dunne como Pomerantz estaban seguros de que la oficina podría demostrar que el expresidente tuvo la intención de inflar el valor de sus clubes de golf, hoteles y edificios de oficinas, pero Bragg no lo estaba.
Mientras tanto el exmandatario republicano aún enfrenta varias pesquisas, entre ella una Investigación civil sobre la Organización Trump que desarrolla la fiscal general de Nueva York, Letitia James, por fraude sobre sus prácticas empresariales.
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