El director del proyecto, doctor Rodolfo Arencibia, expuso la iniciativa en un encuentro presidido por la embajadora Mirtha Granda y su homólogo ante la Santa Sede, René Juan Mujica, así como el presidente de la Asociación de Amistad Italia-Cuba (Anaic), Marco Papacci y de representantes del mundo académico.
El objetivo, explicó Arencibia, es potenciar la producción y comercialización de los productos naturales sustentados en la ciencia, la tecnología y la innovación.
Con una experiencia de más de 23 años en esa materia y cuatro como trabajador por cuenta propia, el médico cubano promueve desde hace más de un año el proyecto local con sede en Punta Brava, al suroeste de La Habana, encaminado a convertirse una mediana empresa con alrededor de 40 trabajadores.
Seguridad y calidad son premisas del trabajo apoyado en una fuerte base científica, la cual se complementa con 10 universidades cubanas, encabezada por la de La Habana y su facultad de Química, entre otras instituciones, explicó.
Subrayó también los nexos con la Universidad de Salerno, al sur de Italia con la cual está en curso un estudio de metabolitos y principios activos de muy alta calidad y tecnologías avanzadas, para lo cual cuentan con el apoyo del profesor Lucas Rastrelli, profesor principal de investigación.
Explicó, de igual modo, que esta iniciativa tiene procesos de producción bien establecidos para conocer la calidad de la materia prima desde que sale de la finca, la fábrica y hasta el proceso final.
Habló de los paneles de secado de plantas y del ultrasonido, hecho en Italia, en Pordenone, en la región de Véneto, el cual permite lograr un extracto con agua de la planta medicinal, sin necesidad de usar alcohol, por lo que es mucho más cuidadosa con el medio ambiente.
Dos de esos dispositivos existen en Cuba gracias a donaciones de la Anaic, uno en Pinar del Rio y otro en la Universidad de La Habana que beneficia a esa provincia y a Camagüey.
Comentó que la institución capitalina realizó los primeros extractos liofilizados con sistemas de secado solar austriaco, secado tradicional, extracciones tradicionales y con ultrasonidos, cuyos resultados fueron entregados a la entidad italiana para estudios de calidad desde la agricultura hasta la infusión.
Por su parte el profesor Rastrelli ofreció detalles del desarrollo de las relaciones de su institución a favor del desarrollo de la medicina tradicional, con entidades de Cuba donde, reconoció, existe gran calidad científica, espíritu de trabajo y centros de investigación muy desarrollados.
La embajadora, por su parte, agradeció la presentación del proyecto de desarrollo local el cual valoró de importante por su impacto en la comunidad, tanto por su carácter investigativo, de desarrollo y contribución a la salud del pueblo cubano.
Agradeció, además, «a los amigos italianos que durante años han contribuido al estudio y desarrollo de esta ciencia en Cuba».
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