A tres meses del triunfo revolucionario, el gobierno de la isla fusionó el Departamento de Investigación del Ejército Rebelde (DIER), la inteligencia de la Marina y el G-2 de la Policía Nacional Revolucionaria.
De acuerdo con documentos históricos, el 26 de marzo los tres servicios de seguridad quedaron unidos oficialmente en un solo cuerpo que conservó inicialmente el nombre de DIER, cuyo mando lo asumió el comandante Ramiro Valdés Menéndez.
Según fuentes oficiales, las operaciones de inteligencia y contrainteligencia estaban dirigidas a descubrir y neutralizar los planes encubiertos del gobierno de Estados Unidos y sus servicios de subversión y espionaje.
Debido a esa labor, se detuvieron planes de atentados contra los principales dirigentes cubanos, en especial, los más de 600 intentos de asesinato contra el líder Fidel Castro.
Los Órganos de la Seguridad del Estado también actuaron contra acciones de subversión ideológica, bombardeos a ciudades, aeropuertos, centrales azucareros y en general para evitar sabotajes a la economía.
Expertos han reconocido además su quehacer para enfrentar invasiones militares, infiltraciones de grupos terroristas, el estímulo y apoyo a las organizaciones terroristas, así como la introducción en el país de plagas y enfermedades.
Datos oficiales refieren que en estos 63 años, más de un centenar de combatientes de los servicios de seguridad e inteligencia cubanos perdieron sus vidas en defensa de la soberanía nacional.
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