Durante la segunda cita de esa tertulia histórica, en su sede de la Plaza de la Revolución que lleva el nombre del adalid de las gestas cubanas por la independencia en el siglo XIX, investigadores y jóvenes estudiantes y profesores compartieron aristas del tema.
El doctor Frank Josué Solar, presidente de la Cátedra, indicó el propósito de establecer los vasos comunicantes entre el lugarteniente general del Ejército Libertador y su Protesta de Baraguá, que marcó el punto más alto en la intransigencia por la soberanía, con la trayectoria fidelista.
Materiales audiovisuales relacionados con el Titán de Bronce animaron el encuentro, iniciado con Pequeña serenata diurna, la emblemática canción de Silvio Rodríguez interpretada por el trovador Rodulfo Mendoza, de la Asociación de Jóvenes Artistas Hermanos Saíz.
Carmen Montalvo, directora del Centro de Estudios Antonio Maceo Grajales, único de su tipo en Cuba y con sede en esta ciudad, expuso consideraciones acerca del reflejo de Maceo en el arte y la literatura, incluida la expectativa acerca del hallazgo de una posible radionovela dedicada a su figura.
Sumamente interesante resulta la posibilidad de que esa obra haya habitado en las proximidades del tiempo con la emblemática El derecho de nacer, del escritor santiaguero Félix B. Caignet, a quien se atribuye con esa pieza el origen de las populares telenovelas actuales.
Por su parte, la doctora Damaris Torres, reconocida estudiosa de la familia Maceo Grajales con varios libros y artículos alegóricos, aludió al influjo del prominente mambí en la formación como líder revolucionario de Fidel y a coincidencias históricas que los marcaron por encima del tiempo.
Una de ellas se deriva de la fecha del 26 de julio de 1890, cuando en una visita a esta urbe en medio de trajines conspirativos, le proposieron al ya legendario combatiente de la primera guerra, un plan de ataque al cuartel Reina Mercedes, devenido más tarde con el nombre de Guillermón Moncada.
Seis décadas y tres años después, el joven abogado encabezó el asalto a esa fortaleza militar al frente de noveles revolucionarios que comenzaron así la definitiva etapa en las gestas de los cubanos por independencia.
La Cátedra honorífica comenzó a funcionar desde octubre del 2017, como parte del programa conmemorativo de las siete décadas del Alma Máter oriental y a menos del año transcurrido desde que el monolito de la necrópolis santiaguera acogiera los restos gloriosos el 4 de diciembre del 2016.
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