El ataque por Playa Girón (centro) finalizó en menos de 72 horas con la primera gran derrota militar de Estados Unidos en América Latina.
Casi un año después, los Tribunales Revolucionarios iniciaron en el Castillo del Príncipe de esta capital la causa legal contra los invasores, juicios que se extendieron del 29 de marzo al 4 de abril de 1962.
Condenados por traición, se les sentenció a pagar altas indemnizaciones y como penas subsidiarias hasta 30 años de cárcel con trabajo físico obligatorio.
Según documentos históricos, los tres principales jefes de la Brigada 2506: José Alfredo Pérez San Román, Erneido Andrés Oliva González y Manuel Artime Buesa fueron condenados a pagar al país cada uno medio millón de dólares.
La justicia cubana sancionó a los demás acusados al pago de 100 mil, 50 mil y 25 mil dólares, de acuerdo con su responsabilidad en la frustrada invasión.
La suma total de la sanción impuesta a los mil 181 mercenarios juzgados ascendió a 62 millones 300 mil dólares.
El entonces primer ministro del gobierno revolucionario, Fidel Castro, expresó la disposición de devolver a Estados Unidos a todos los prisioneros, a cambio de que Washington accediera a indemnizar materialmente a la isla.
Tras meses de negociaciones, la parte norteña aceptó pagar el monto impuesto en medicinas y alimentos para niños, mientras Cuba dejaría en libertad a los enjuiciados, quienes comenzaron a salir de inmediato hacia la nación vecina.
De acuerdo con fuentes oficiales, la Casa Blanca no completó su compromiso pues dejó de enviar productos por dos millones de dólares.
No obstante, en aquel momento Fidel Castro subrayó la importancia de que por primera vez en su historia el imperialismo tuviera que pagar una indemnización de guerra.
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