Muchos adultos y niños de la región consumen más del doble de ese límite recomendado, advirtió la entidad en Twitter, donde recordó que la hipertensión arterial constituye el principal factor de riesgo para la carga mundial de morbimortalidad.
Esto -precisó la OPS- causa unos 9,4 millones de muertes cada año, es decir, -subrayó- más de la mitad de los 17 millones de fallecimientos anuales atribuidos a las enfermedades cardiovasculares.
El consumo elevado de sodio (más de dos gramos por día, equivalentes a cinco gramos de sal cada 24 horas) aumenta la tensión arterial tanto en las personas normotensas como en las hipertensas.
Contribuye, pues, a la hipertensión arterial e incrementa el riesgo de padecer cardiopatías y accidentes cerebrovasculares, remarcó las oficina sanitaria de este continente.
Los gobiernos acordaron reducir los índices en un 30 por ciento para el 2025, pero la Covid-19 empeoró la situación, afirmó el director de Enfermedades no Transmisibles y Salud Mental de la OPS, Anselm Hennis.
Es sumamente importante que las autoridades de cada Estado aceleren sus iniciativas para alcanzar esa meta, enfatizó el ejecutivo.
Las acciones sugeridas incluyen una reducción de la sal en el pan, cereales, granos, carnes, lácteos y presentan ‘umbrales’ máximos del condimento para 16 categorías y 75 subcategorías de alimentos a reformular.
Si queremos lograr transformaciones sustantivas necesitamos que los propósitos se adopten con un enfoque regulatorio en lugar de voluntario, exigió por su parte el asesor regional en Nutrición y Actividad Física de la OPS, Fabio Da Silva Gomes.
Hacerlo así es la única forma en la que los países podrán bajar la ingesta media de sal en la población para la fecha fijada, cuando las ventas de los productos procesados y ultraprocesados con contenido excesivo de sodio sigue creciendo, sostuvo.
Estudios recientes evidencian que los habitantes de las Américas consumen entre 8,5 y 15 gramos de sal por persona, lo cual empeora la calidad de vida, acorde con la literatura médica.
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