Como era de esperar, el jefe de Estado y candidato a la reelección y su rival en los comicios del 24 de abril, la ultraderechista Marine Le Pen, apenas se sacudieron de los resultados de la primera ronda para fijar postura sobre el polémico tema, que genera preocupación y malestar en amplios sectores de la sociedad.
“No hay nada que esperar de Emmanuel Macron (…), él llegará al final de esta obsesión por el retiro a los 65 años”, dijo este martes la líder de Agrupación Nacional, quien el domingo logró un 23,1 por ciento de los votos, solo superada por un 27,8 de la máxima figura del movimiento La República en Marcha, para materializar la reedición del duelo del 2017.
En declaraciones a la emisora France Inter, Le Pen opinó que el mandatario lamenta mucho no haber logrado la reforma de jubilación en sus cinco años en el cargo, y solo piensa en implementarla.
La irrupción de la pandemia de la Covid-19 en marzo del 2020 dejó en un punto muerto la iniciativa, que había provocado en Francia grandes movilizaciones desde finales del 2019 para rechazarla, incluyendo una huelga del transporte público que cambió la vida en el país en diciembre y enero de ese período.
Ayer, en una entrevista concedida al canal BFM TV, Macron se mostró dispuesto a discutir el asunto de los 65 años y hasta a llevarlo a un referendo.
Podemos abordar el ritmo y los límites, la reforma necesita aclaraciones y yo quiero un nuevo método de concertación, expuso el aspirante a gobernar otros cinco años desde el Palacio del Elíseo, quien abrió la puerta para la jubilación a los 64 años, en lugar de los 62 actuales. Los 65 años no son un dogma, y queremos evitar tensiones, por lo que podríamos dilatar la reforma hasta el 2030, acotó.
Le Pen aseguró al país que no tiene intención de cambiar la edad legal de retiro, y señaló la posibilidad de crear un régimen más favorable para las personas que comienzan muy jóvenes su andar por la actividad laboral.
Una encuesta realizada a finales de marzo por el Instituto Francés de Opinión Pública (IFOP) reflejó la oposición de seis de cada 10 entrevistados a la edad de retiro extendida a los 65 años.
Macron pretende compensar su propuesta de alargamiento del tiempo laboral con una pensión mínima de mil 100 euros y del 85 por ciento del salario mínimo para los agricultores.
LOS CAMPOS TAMBIÉN OPINAN
Desde Agrupación Nacional atacaron este martes la flexibilidad alegada por el mandatario de cara a la polémica cuestión, y el vocero de la organización ultraderechista, Julien Odoul, acusó a Macron de “reaccionar como un comerciante” y de ser “el presidente de los muy ricos”.
Él sabe que se trata de una medida profundamente antisocial e injusta, que va a ser una pesadilla para millones de franceses y que causa temor”, subrayó.
Por su parte, el ministro de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, defendió la propuesta del jefe de Estado y la disposición a discutirla con la ciudadanía, aunque no se mostró favorable en cuanto a la realización de un referendo.
Todo lo que hagamos será concertado con los actores, no nos precipitaremos, aseveró el titular en Cnews.
La reforma de la jubilación y la edad límite para la misma están lejos de ser los únicos asuntos discordantes en las visiones de país entre Macron y Le Pen, en una lista de diferencias que va desde la postura dentro de la Unión Europea hasta la emigración.
Los primeros sondeos para el balotaje del 24 de abril otorgan ventaja al presidente, pero no tan amplia como la que consiguió hace cinco años, cuando superó a la ultraderechista con el 66 por ciento de los votos en la segunda ronda.
Otro elemento a favor de Macron es el apoyo que le dieron casi la totalidad de los otros 10 candidatos que compitieron en la primera ronda, entre ellos Jean-Luc Mélenchon, el tercero con mayor respaldo el domingo, la conservadora Valérie Pécresse, el ecologista Yannick Jadot y el comunista Fabien Roussel, quienes llamaron a votar contra la extrema derecha.
mem/wmr