«Este cambio fue inesperado», afirmó el autor principal del estudio divulgado, Michael Roman, investigador asociado postdoctoral en la británica Universidad de Leicester.
Dado que hemos estado observando la muestra desde el comienzo del verano austral, esperábamos que las temperaturas se hicieran más cálidas, no más frías, subrayó el experto.
Los implicados, quienes emplean telescopios terrestres desde hace 17 años, compararon casi 100 imágenes de infrarrojo térmico de Neptuno para reconstruir las tendencias generales del clima con un alto nivel de detalle.
Descubrieron un calentamiento del polo sur entre 2018 y 2020, cuando los registros dieron cuenta de un aumento de 11 grados Celsius.
Aunque el vórtice polar cálido de Neptuno se conoce desde hace muchos años, nunca antes experimentó algo parecido, apuntaron en el texto.
Debido a que las variaciones de temperatura de Neptuno fueron tan sorprendentes, los científicos aún desconocen qué pudo haberlas causado.
Podrían deberse a cambios en la química estratosférica del planeta, a patrones climáticos aleatorios o incluso al ciclo solar, explicaron.
Se necesitarán más observaciones para explorar las razones de estas fluctuaciones, reconoció la publicación.
Futuros telescopios terrestres como el Extremely Large Telescope (ELT) del Observatorio Europeo Austral podrían constatar variaciones de temperatura, aseguraron los expertos.
Mientras, el telescopio espacial James Webb proporcionará nuevos mapas sin precedentes de la química y el clima atmosférico del planeta.
«Creo que Neptuno en sí mismo es muy intrigante para muchos de nosotros porque todavía sabemos muy poco al respecto», agregó Roman.
Todo esto apunta hacia una imagen más complicada de Neptuno y cómo cambia con el tiempo, concluyó.
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