Esta realidad se vio especialmente agravada tras la mayor digitalización desencadenada por la pandemia de la Covid-19 y la creciente cantidad de datos e información personal que comparten a partir de ella, detalló el informe divulgado.
Siete de cada 10 personas de la muestra manifestaron su inquietud por ser víctimas de robo de identidad, agregó el texto.
Un 91 por ciento mencionó la extracción de información personal, cargos fraudulentos en la tarjeta de crédito o débito (85), usurpación de la identidad y la cuenta en redes sociales (75) o solicitudes de préstamos o créditos (73 por ciento), entre los principales.
Casi la mitad de los hogares estadounidenses sufrió algún delito de estos, y el 63 por ciento de los entrevistados reconoció fue víctima de múltiples incidentes.
Hasta el 85 por ciento de los internautas aseguró que sería difícil de resolver la situación y dos de cada tres descartaron estar suscritos a algún tipo de servicio de protección de robo de identidad digital.
Aunque centrado en esta nación norteña, el análisis titulado Robo de identidad SOS: Cómo ganar la preferencia y lealtad del cliente con la protección de identidad, remarcó que estas tendencias pueden extrapolarse a diferentes países o regiones.
Estudios relacionados con tales fraudes en los últimos años documentaron miles de casos solo en Estados Unidos y robos por valor de billones de dólares.
Organizaciones de prevención de estos delitos sugieren restringir los anuncios de publicidad o desactivar la ubicación para que las redes sociales y aplicaciones no tengan la posibilidad de detectar los lugares en los que se está.
Recomiendan además no iniciar sesión en plataformas como TikTok o Twitter, rechazar los permisos de las aplicaciones, evitar comprar desde las opciones de Google e Instagram y usar un correo electrónico alternativo, sin vínculo con ninguna cuenta principal.
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