La moción que dio luz verde a la tercera investigación sobre el llamado ´partygate´ fue aprobada la víspera en la Cámara de los Comunes sin siquiera ser llevada a votación debido a que no hubo objeciones por parte de la bancada del partido gobernante.
En un inicio, Johnson pidió a sus correligionarios en el Parlamento demorar la propuesta promovida por los laboristas, pero a última hora nadie se opuso, pese a que un resultado confirmatorio de la pesquisa encargada al Comité de Privilegios podría desencadenar la renuncia del actual líder del país.
De acuerdo con el diario The Guardian, el cambio obedeció no tanto a una decisión política de los líderes de la bancada conservadora como la negativa de los legisladores de segunda línea a acatar la petición.
La prueba más elocuente del creciente descontento que reina dentro de los Tories la ofreció el exministro Steve Baker, quien durante el debate de la moción admitió sentirse “horrorizado” de la actitud asumida por Johnson tras ser multado por la Policía por violar las regulaciones impuestas por su propio gobierno para evitar la propagación del coronavirus.
En opinión del influyente político conservador, el primer ministro debió haber dejado el cargo hace mucho tiempo.
La investigación parlamentaria será la tercera que enfrentará Johnson desde que el año pasado estalló el escándalo por las fiestas celebradas en la residencial oficial de los gobernantes británicos durante el confinamiento por la Covid-19.
Con anterioridad, una pesquisa interna realizada por la funcionaria pública Susan Gray concluyó que en las reuniones sociales con tragos de por medio celebradas en Downing Street hubo fallas graves de liderazgo y de juicio por parte del gobernante y de sus ayudantes.
La Policía Metropolitana decidió, por su parte, multar a Johnson, a su esposa Carrie y a medio centenar de personas más con 50 libras esterlinas (65 dólares) por asistir a una fiesta de cumpleaños organizada en honor del primer ministro en junio de 2020.
La investigación policial aún no ha concluido, y según la prensa local, el líder conservador podría recibir otras sanciones pecuniarias porque hay evidencias de que asistió a varias celebraciones más durante la cuarentena.
Hasta el momento, Johnson se limitó a ofrecer disculpas públicas por incumplir las reglas vigentes por la Covid-19, pero dejó claro que no piensa renunciar por un asunto que considera secundario, pese a que al menos una quincena de diputados conservadores le han pedido abiertamente que abandone el cargo.
Según las reglas internas del partido, el primer ministro tendría que dimitir si al menos 54 de los 360 legisladores de su bancada votan en su contra en un eventual voto de confianza.
La investigación parlamentaria aprobada la víspera también podría dar al traste con las aspiraciones de Johnson de liderar a los conservadores en las elecciones generales previstas para mayo de 2024.
El Comité de Privilegios tendrá la misión de determinar si Johnson mintió de forma deliberada al Parlamento en diciembre pasado, cuando aseguró que no había violado a sabiendas las regulaciones vigentes por la cuarentena porque siempre creyó que los eventos sociales a los que asistió eran reuniones de trabajo.
De acuerdo con lo estipulado por el Código Ministerial, mentirle al órgano legislativo implica la renuncia inmediata de aquel diputado que lo haga.
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