Las encuestas sugieren que como sucedió hace cinco años, el líder de La República en Marcha derrotará a la máxima figura de Agrupación Nacional en la segunda ronda, pero ese escenario no impidió que ambos lanzarán en las últimas horas del viernes llamados a la confianza de los franceses.
Si mis compatriotas me dan su apoyo, yo ampliaré y reuniré, dijo el jefe de Estado de cara a los comicios del domingo, en los que volverán a estar convocados más de 48 millones 700 mil ciudadanos mayores de 18 años.
Por su parte, Le Pen consideró que otros cinco años de su rival en el Palacio del Elíseo traerían caos, en un nuevo intento de convencer a los indecisos y a las casi 13 millones de personas que decidieron no votar el 10 de abril, un elevado abstencionismo, que pudiera ser mayor de cara al balotaje.
En la medianoche de este viernes cerró la campaña oficial, la cual estuvo marcada por las acusaciones y los ataques mutuos, un panorama también presente hoy.
“Podremos recuperar el respeto y la concordia, pero no con la misma persona”, afirmó la diputada ultraderechista, a quien los sondeos otorgan hasta un 46 por ciento de las intenciones de voto en su tercer intento de llegar al poder.
Macron también fustigó a Le Pen, al manifestar que las elecciones del domingo serán un referendo sobre Laicidad y la Unión Europea, en alusión a las posturas de la aspirante contra el velo islámico, la emigración y las relaciones estrechas entre París y el bloque comunitario.
Favorito en todas las encuestas, el mandatario pidió a sus partidarios no confiarse y salir a votar.
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