Manifestantes obstaculizaron la carretera Trípoli-Akkar para condenar la negligencia de diputados y funcionarios ante el suceso, en el cual murieron seis personas, incluida una niña.
Según reportes, el incidente ocurrió por una mala maniobra de las lanchas militares que, en un intento por impedir la operación ilegal, embistieron a la pequeña nave de migrantes.
El ministro de Defensa Maurice Selim protegió a los uniformados al decir que cumplieron con su deber, mientras el coronel Haitham Dinnaoui explicó que el diseño del bote de ilegales era para 10 personas y viajaban más de 50.
A su momento, el primer ministro Najib Mikati declaró luto por las víctimas.
La crisis en Líbano llegó a niveles de desesperación para los ciudadanos de a pie que buscan abandonar el país a como dé lugar.
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