Desde sus perfiles en redes sociales, instituciones y funcionarios recordaron la fundación de ese espacio capitalino, el 28 de abril de 1959, entre ellos, el ministro de Cultura, Alpidio Alonso, quien reconoció el legado de valiosos intelectuales.
A su juicio, la prestigiosa entidad continúa en el desarrollo de su rol esencial como difusora del pensamiento descolonizador de Nuestra América, con el aporte a lo largo de estas seis décadas de numerosas personalidades como el escritor uruguayo Mario Benedetti.
El Primer ministro de Cuba, Manuel Marrero, aludió al papel de Casa en el estímulo de la producción de arte y literatura en el continente y Producciones Verde Olivo significó su aporte al desarrollo y extensión de las relaciones socioculturales entre el área y el resto del mundo.
El espacio capitalino comenzó la difusión del pensamiento regional desde abril de 1959, bajo la dirección de la heroína y guerrillera Haydee Santamaría y su material bibliográfico resulta un repaso por la historia, intelectualidad y procesos socio-políticos de América Latina y el Caribe.
Situado en la esquina de las calles 3era y G en la barriada del Vedado, el célebre edificio constituye desde 2010 Monumento Nacional y, si bien fue concebido inicialmente como residencia, en 1947 la Asociación de Escritores y Artistas Americanos, le incorporó una tercera planta.
Durante una conversación de Santamaría con un grupo de obreros cubanos el 4 de junio de 1974 y difundida en La Ventana, portal informativo de la institución, ella cuenta cómo a su llegada en 1959 «era un pedazo de casa que parecía una iglesia».
«Quienes estábamos cerca de los compañeros que en este país saben lo que puede suceder, sobre todo Fidel (Castro), estábamos al tanto de que se avecinaban rupturas de relaciones con América Latina, de que tendríamos grandes conflictos (…) empiezo a pensar que cuando nos aíslen de nuestro continente, era importante no aislarse de la cultura latinoamericana», narró.
La entidad frenó el bloqueo contra la Isla desde la literatura y el arte: «cuando los escritores latinoamericanos vienen a Cuba, lo que más nos interesa es que (…) se vayan con una visión justa de lo que es nuestra Revolución», refirió.
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