“Sus ideas, enseñanzas, creatividad y lealtad a los principios serán una inspiración para las nuevas generaciones que se adentren en conocer su vida y su pensamiento”, dijo Zamora, quien expresó profunda tristeza por la partida física de Alarcón, con quien laboró durante muchos años.
“Tuve el privilegio de trabajar y compartir momentos duros y luminosos que son parte de la historia de la diplomacia y de los logros de nuestro país”, manifestó.
Recordó la labor compartida con Alarcón en las Naciones Unidas, en el período de Cuba en el Consejo de Seguridad, el enfrentamiento a la política anticubana de Estados Unidos y en las expresiones solidaridad que despierta la causa cubana, en lo mejor del pueblo norteamericano y en los pueblos del Tercer Mundo.
“Vi como muchas personalidades y embajadores asistían a las sesiones del Consejo de Seguridad o de la Asamblea, sólo para escuchar sus brillantes discursos o disfrutar su habilidad para la polémica y, con todos, mostró su generoso y modesto espíritu, propio de un revolucionario cubano”, agregó el embajador Zamora.
Se refirió también a quien fuera canciller de Cuba y presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular de la isla, como “Un gladiador de nuestra causa, de la defensa de la Revolución, de las luchas de los oprimidos y la redención humana”.
“Creativo, firme, cargado del coraje que dimana cuando se está del lado justo, conocí a un fiel discípulo de nuestro Fidel (Castro)”, añadió.
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