Las plantaciones de vides en el oriental territorio ofrecieron durante esta madrugada un espectáculo sin igual, alumbradas por la llama de cientos de braseros, en una verdadera carrera por ganarle a la madre naturaleza algunos grados centígrados, esenciales para garantizar la cosecha 2021.
Medios de prensa locales reportan que desde temprano comenzaron hoy los preparativos para enfrentar una segunda noche bien fría, con temperaturas de hasta menos seis y menos siete grados y pronóstico de nieve en varias zonas.
No es hasta el viernes que se espera la subida del mercurio, en un escenario inusual, ya que el fuego como arma en defensa de los viñedos de Borgoña suele necesitarse apenas una o dos veces por año.
Además de lo costoso de la operación de salvaguarda, sus resultados son inciertos, recuerda la cadena Franceinfo, que precisa la necesidad de esperar varias semanas para constatar los daños causados por las temperaturas congelantes a los cultivos.
Según algunos viticultores, el inesperado frío de este comienzo de primavera pudiera provocar pérdidas de al menos un 20 de la producción en localidades como Mercurey.
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