Según declaraciones a Prensa Latina de la directora de Investigaciones de esa entidad científica, Dagmar García, la decisión de proceder a una nueva inoculación se basa en las evidencias aportadas por el ensayo clínico Soberana Pediatría.
Gracias a este estudio, afirmó, se demostró que de seis a siete meses después de haber recibido el esquema completo (dos dosis de Soberana 02 y una de Soberana Plus) este grupo etario experimenta una ligera disminución de los niveles de anticuerpos.
Sin embargo, añadió, en los pequeños de tres a 11 años de edad se reveló que, tras ese mismo lapso, mantienen los mismos niveles de anticuerpos que tenían al momento de terminar la vacunación, por lo que no se recomienda aún aplicar el refuerzo a ese segmento.
Obviamente, dijo, estas evidencias están soportadas por el hecho de haber diseñado para niños una vacuna conjugada que tienen entre sus propiedades estimular una respuesta inmune de larga duración.
García recordó cómo Cuba logró ser el único país del mundo que comenzó el curso escolar el 15 de noviembre del pasado año con todos sus niños mayores de dos años vacunados contra el SARS-CoV-2.
En ese momento no lo sabíamos pero ese suceso también nos permitió enfrentar la ola de la variante Ómicron que comenzó a finales de diciembre, añadió.
La inmunización pediátrica con el esquema heterólogo Soberana 02 y Soberana Plus, que se realizó en el país durante los meses de septiembre a noviembre de 2021, alcanzó el 96 por ciento de los niños de dos a 18 años, o sea, cerca de un millón 800 mil pequeños en la isla.
Esa campaña, refirió la experta, demostró la seguridad del producto cubano porque se aplicaron más de cinco millones de dosis sin reportes de efectos adversos graves descritos por la Organización Mundial de la Salud como de especial interés y aparecidos con otras plataformas vacunales, y en cuyo caso está la miocarditis o la pericarditis.
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