Según la fuente, casi en todas las categorías subió el costo de los productos, pero el sector de la energía y los combustibles lo hizo de manera particular, con un 26,5 por ciento, mientras los alimentos y los servicios escalaron un 3,8 y un tres por ciento, respectivamente.
El alza carece de precedentes desde 1985, en un contexto marcado por el conflicto en Ucrania y las sanciones impuestas por occidente contra Rusia, que generan inestabilidad económica mundial.
En los últimos meses, los franceses han vivido inusuales episodios de ausencia en los mercados de productos como el aceite para cocinar, cuyo precio se disparó, además de obligar a los vendedores a limitar la compra a dos o tres pomos por consumidor.
También las verduras, las carnes, el pan y los cereales aumentaron el valor de adquisición en los anaqueles de los establecimientos.
La inflación en marzo había cerrado en Francia en un 4,5 por ciento.
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