El ecuatoriano, a cargo del colectivo Contraelviento Teatro, agradeció el reconocimiento que honra sus aportes al movimiento de la región, sobre todo porque viene de una nación con la cual guarda una linda historia.
Según dijo, a la isla llegó por primera vez en la década del 90 para pasar tres semanas como parte de una beca en el Instituto Superior de Arte, actualmente la Universidad de las Artes, y estar ahora en el evento resulta un sueño hecho realidad.
Sin embargo, para el dramaturgo obtener semejante galardón fue sorpresa y le provocó satisfacción porque el Premio deviene reserva de humanidad y evoca al Mayo Teatral, a la Casa de las Américas y a Cuba toda.
Durante la oncena edición de la cita, el colectivo de Vallejo exhibió en la sala Hubert de Blanck la obra «La flor de la Chukirawa» e impartió una conferencia donde reveló detalles del proceso de creación e inspiración de la puesta.
Antes, en la propia edición del evento, la entidad cultural reconoció con igual galardón al argentino Mauricio Kartun, quien destacó la importancia de Casa de las Américas como espacio de unión entre los creadores de Latinoamérica y el Caribe.
Según manifestó Kartun a la institución regional, su paso por la nación caribeña en un evento de semejante calibre le permitió mostrar su trabajo a ojos diferentes y encontrar nuevos sentidos a las metáforas presentes en su pieza «Terrenal. Pequeño misterio ácrata».
El Gallo de La Habana fue creado en 1966 para reconocer al grupo teatral, personalidad, publicación o cualquier hecho escénico que constituya un aporte al teatro de América Latina y el Caribe.
Desde su fundación lo han recibido varios colectivos del continente, entre los que se encuentran Teatro La Candelaria, de Colombia, Teatro Circular de Montevideo, Uruguay, Yuyachkani, de Perú y Teatro Escambray, de Cuba.
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