Sentados uno al lado del otro en la carpa Aficio de Mogadiscio, la capital, el actual mandatario Mohammed Abdullahi «Farmajo» y su antecesor Hassan Sheikh Mohamud presencian la votación por los 329 miembros del Parlamento Federal, de ellos 54 del Senado y los 275 de la Cámara Baja.
Mientras esperan por el desenlace conversan por momentos animadamente, nadie sabe de qué. Tal vez intercambian pareceres sobre los retos, que son muchos en este país del cuerno de África inestable desde hace más de tres décadas.
Ambos hacen historia en esta jornada -ya nocturna- pues nunca se reeligió al jefe de Estado en ejercicio ni volvió uno anterior a su cargo.
Ni Mohamud ni Farmajo se acercaron siquiera a la mayoría simple (166, suficiente en la fase decisiva) en las dos rondas anteriores.
Primero se enfrentaron 36 candidatos, no todos conocidos en la política local. Después los papeles amarillos tuvieron cuatro nombres, pero tampoco.
Treinta y tres hombres y una mujer regresaron a casa o solo salieron del hangar adjunto al aeropuerto internacional de Mogadiscio, la capital, donde los miembros del bicameral Parlamento Federal intentan dar el mejor gobierno a esta nación de casi 16 millones de habitantes.
A ciencia cierta no se sabe dónde se encuentran, pues desde la noche del sábado en esta ciudad rige un toque de queda extremo que se prolongará hasta las 06:00, hora local.
No es para menos, el grupo extremista al Shabaab acecha. A pesar de ello, algunos morteros explotaron en las cercanías del aeropuerto, sin que se reportaran víctimas.
Cualquiera que sea el resultado de la tercera votación en la jornada (mediante elección indirecta) se romperá el adagio de los cinco comicios recientes en que no hubo repeticiones.
O Mohamud o Farmajo deberán lidiar con poco dinero en las arcas para enfrentar la sequía, que amenaza ya a siete millones de somalíes, que además tienen que desplazarse cuando la intensidad de los combates arrecia.
No más fácil resultará tratar de derrotar a al Shabaab, que actúa con casi total libertad en zonas del centro y sur del país.
Los miembros del parlamento, recién completado el mes pasado, serán responsables en uno y otro sentido, después el escogido lo será por los siguientes cuatro años.
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