Roberto Sánchez, vicedirector administrativo del pediátrico Octavio de la Concepción de la Pedraja, explicó a la prensa que cerca de las 10 de la mañana una persona, aun no identificada, corrió la voz de un fuerte olor a gas en áreas de la consulta externa de esa institución.
«Ante el temor por esa alarma, la mayoría de los pacientes, familiares, trabajadores y estudiantes de Medicina salieron del centro asistencial como está previsto ante situaciones como esta».
Inmediatamente, comentó Sánchez, «alertados sobre el suceso varios miembros del Consejo de Dirección acudimos a esa zona, donde solo en el Departamento de Prótesis y Taquilla Médica hay quemadores».
En ambos lugares, el último aledaño a la Consulta Externa, el personal que estaba laborando no reportó sentir olor a gas o la confirmación de un escape.
A más de 500 metros de allí, están ubicadas las dos balas de gas del Pediátrico, una de cinco mil litros de capacidad, vacía en estos momentos, y otra de dos mil 500, que solo está al 78 por ciento de llenado y tiene una cobertura para 20 días.
Trabajadores del almacén de misceláneas, cercano a los depósitos de combustible, contaron que al escuchar el rumor cerraron la llave de paso de forma inmediata, y aseguraron que en ningún momento percibieron la existencia del olor característico de ese inflamable.
Precisamente, en el marco de la Jornada de Protección contra Incendios, la institución había recibido la inspección de los organismos controladores, que revisó líneas de distribución, protocolos a seguir y posibles riesgos existentes.
Por el trabajo sistemático en garantizar la seguridad de la instalación, recibieron un reconocimiento, precisó el subdirector Roberto Sánchez.
Según agregó el directivo, los conductos de la línea de distribución han sido renovados como parte del plan de mantenimiento del centro, y están pintados con el color amarillo y el producto que exigen las autoridades competentes.
Por su parte, la doctora Aracelis Hernández, jefa de Docencia del pediátrico, reconoció el actuar de los estudiantes, residentes, especialistas y personal de enfermería que acompañaron y salvaguardaron a sus pacientes en ese momento.
Mientras que Yurisaida Sanamé, portera del área de Consulta Externa, contó su experiencia en ayudar en la salida de los niños y padres acompañantes de ese lugar, aun cuando no sabía dónde era el supuesto escape de gas, pues refirió no percibirlo.
Una vez que los miembros de la APCI y del Cuerpo de Bomberos aseguraron que era una falsa alarma, se procedió a la entrada al hospital.
El pediátrico Octavio de la Concepción de la Pedraja, con más de 50 años de fundado, es uno de los más grandes del país con la prestación de servicios en 35 especialidades médicas, cerca de 10 laboratorios y varios medios diagnósticos de alta resolutividad.
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