Para tal fin, miembros del autodenominado grupúsculo 27N, conocidos por escenificar un espectáculo mediático frente al Ministerio de Cultura a finales de noviembre pasado, organizan desde su página web una reunión en casa de uno de sus integrantes, en la barriada capitalina de Centro Habana.
El principal punto de la agenda a discutir este viernes es acordar acciones urgentes para ‘ganar la emulación contrarrevolucionaria’, tras la provocación montada el pasado domingo por los integrantes de la farsa de San Isidro, otro de esos grupúsculos, apuntó la fuente.
Recordó que los primeros estudian las llamadas revoluciones de colores y otras experiencias para implementarlas en Cuba como parte de los planes subversivos contra la nación.
Significó, asimismo, que esas acciones se fraguan en momentos en el que el país está inmerso en una batalla por la salud de la población, afectada por una compleja situación epidemiológica derivada de la pandemia de la Covid-19.
Denunció que entre los protagonistas de la provocación callejera en San Isidro el pasado domingo, a los que definió como delincuentes y mercenarios, se encontraba un ciudadano de nombre Orlando Escalante, en ese momento sospechoso de estar contagiado con la Covid-19.
La esposa de Escalante y sus dos hijas, de tres y siete años, permanecían ingresadas tras dar positivas a las pruebas de PCR, y él mismo fue confirmado días después, detalló el reporte.
Los enemigos de siempre impulsan a sus asalariados en el terrero a que actúen en medio de la batalla de Cuba contra la Covid-19, y por consolidar el socialismo, en las cuales el pueblo es el verdadero protagonista de hazañas de verdad, señaló.
Afirmó que esas personas tienen la misión de generar el caos, inventar huelgas de hambre, alterar el orden, y provocar una respuesta de las autoridades, para luego mostrarse como víctimas de represión, como parte de la campaña mediática instrumentada.
jha/evm