Nacida en la ciudad de Burdeos y con vínculos familiares en una de sus áreas emergentes Bacalan, la también profesora llegó a La Habana gracias a la denominada operación Cubacalan, impulsada por la asociación independiente del país europeo Bordeaux Parallaxes.
Según explicó Delas en declaraciones exclusivas a Prensa Latina, la urbe europea acogió durante el verano de 2021 a uno de los representantes del arte callejero en la mayor de las Antillas, conocido bajo el seudónimo de Mr. Myl, quien realizó grandes frescos junto al artista de la escena bordelesa Möka 187.
Formada en Historia de Arte en la Escuela del Louvre y la Universidad de París, La Sorbona, la académica mantuvo un constante intercambio desde las plataformas digitales con el defensor del denominado street art en la capital cubana para diseñar la obra que finalmente plasmaron en San Isidro.
«Desde Francia busqué información sobre la historia del barrio, realicé algunos bocetos y una vez llegué aquí incorporé los colores a los dibujos iniciales. Pensé en su construcción y composición.Poco a poco, surgió la idea de añadir símbolos como la flor y las mariposas», detalló.
En la pieza, el espectador no distingue si la figura es una mujer o un hombre; el mural posee varias lecturas e interpretaciones y resulta también del diálogo entre la artista y los residentes de la zona y su discernimiento personal sobre el contexto social, la cultura y la idiosincrasia del espacio geográfico.
“Dentro de mi trabajo estoy atenta a lo que pasa, al escenario cercano a mis murales. Para mi reviste especial importancia que los vecinos despierten, abran sus ventanas y contemplen mi creación”, aseguró la virtuosa francesa cuyo acervo recibe la influencia de las mitologías, leyendas y el Art Nouveau.
Otro de sus objetivos, dentro de lo que denomina como «responsabilizad artística», es la cercanía entre el autor, los transeúntes y los residentes cercanos y el mural de San Isidro repite elementos inscritos dentro de su estética e identidad plástica, entre ellos, los marcos, las curvas y el color dorado.
Esos barrios populares experimentan una transformación visible mediante el arte urbano, puntualizó a Prensa Latina Catherine Castagnera, directora de Bordeaux Parallaxes, y añadió que la idea radica en el estímulo de nuevas conexiones entre ambas ciudades, unidas por enlaces muy antiguos de cultura y emigración.
“Nuestra intención es generar dinámicas con los representantes de las nuevas generaciones de artistas de Francia y Cuba y entre dos urbes portuarias que se abren al mar y tienen reconocimientos patrimoniales por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, Unesco”, concluyó.
mem/dgh