En el Palacio de la Revolución presidentes, primeros ministros y altos mandatarios de la agrupación «compartirán estrategias de desarrollo comunes y analizarán la situación política regional», según anunció el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba.
Será otro momento de avance del bloque integrador, fundado en 2004 por iniciativa de Fidel Castro y Hugo Chávez, presidentes entonces de Cuba y Venezuela, como respuesta al proyecto neoliberal que Washington pretendía imponer en el continente.
El ALBA-TCP está compuesto además por Nicaragua, Bolivia, San Vicente y las Granadinas, Granada, Dominica, Antigua y Barbuda, San Cristóbal y Nevis y Santa Lucía.
La lucha contra la exclusión social mediante mecanismos de solidaridad, colaboración y complementación está entre sus propósitos fundacionales.
El secretario general del grupo, Sacha Llorenti, dijo en reciente entrevista con Prensa Latina que el ALBA-TCP está revitalizada hoy en lo que definió como las nuevas batallas por un mundo mejor y contra el hegemonismo de Estados Unidos.
La consideró como una agrupación única por sus principios de unidad e integración.
El ALBA-TCP no se subordina a los patrones de un orden internacional injusto y procura uno justo, equitativo y equilibrado, reiteró. Por ello, insistió, es punto de referencia para superar tantas injusticias.
A manera de balance de lo alcanzado en estos 20 años mencionó que cuatro de sus países integrantes se declararon libres de analfabetismo.
También millones de personas, incluso de otras naciones, recuperaron la visión mediante la Operación Milagro.
El exministro y diplomático boliviano aseguró que los países del bloque están entre los que enfrentaron con mejores resultados la pandemia de la Covid-19.
Evocó al respecto que el Banco del ALBA financió la compra de inmunógenos, mientras la aerolínea venezolana Conviasa los transportó en puente humanitario junto a brigadas médicas dispuestas por Cuba, que además creó y compartió vacunas propias.
La reunión en La Habana tendrá lugar días antes de que comience en Los Ángeles, California, la IX Cumbre de las Américas, cuyo anfitrión, la administración del presidente Joe Biden, concibió de antemano la exclusión de Cuba, Venezuela y Nicaragua.
El miércoles el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, denunció que el gobierno de los Estados Unidos «ha estado realizando intensas gestiones y ha ejercido brutales presiones, a fin de desmovilizar los justos y firmes reclamos de la mayoría de los países de la región de que la Cumbre debe ser inclusiva».
Díaz-Canel dijo que en ningún caso asistirá a la reunión prevista del 6 al 10 de junio. «Compartimos la posición de los líderes de la región que han reclamado con firmeza que todos tienen que ser invitados en pie de igualdad», aseveró.
La XXI Cumbre del ALBA-TCP de seguro se pronunciará al respecto.
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