El reconocimiento internacional del claustro de profesores y los diversos campos investigativos han estrechado el vínculo entre ambas entidades que tienen como especial mediadora al Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) en la provincia más extensa de Cuba.
En intercambio entre los directivos de las instituciones, Eduardo Martínez, director de Biocubafarma, reconoció los adelantos y el aporte de la UC, cuyos estudios han sido cruciales en la producción de medicamentos contra la Fiebre Porcina y el Piojo de Mar, o la fabricación del bionematicida HeberNem por parte del CIGB.
Biocubafarma, capaz de reportarle al país más de 180 millones de dólares anuales, según Martínez, con plantas en varios países y ventanas comerciales con media centena de naciones, se apoya en las universidades cubanas “gracias a su potencial investigativo”.
Un total de 110 líneas de producción, y que van dirigidas directamente a los sectores de la Salud y la Agricultura sobresalen en el aval de Biocubafarma, cuya labor ha sido reconocida por la OMS en especial en la elaboración de las vacunas cubanas contra la Covid-19.
Santiago Lajes, rector de la Universidad de Camagüey expresó que el CIGB es parte de un todo y “ahora con el convenio es un gran honor más cuando Biocubafarma ha salvado la vida de este país en plena pandemia, así que nosotros le damos el corazón”.
mv/fam