Durante un encuentro destinado al balance de la cita, el viceministro de Cultura Fernando Rojas significó que el público presente en las exposiciones admiró y disfrutó del arte contemporáneo y reconoció los niveles de participación durante los seis meses previstos en el cronograma.
El funcionario aludió al intento de boicot, asumido por medios de comunicación y detractores del proceso revolucionario cubano, y valoró que, pese a los escasos recursos para el impulso del evento, medio millar de creadores de la isla protagonizaron 58 exhibiciones incluidas en la agenda oficial.
Sumado a ello, el encuentro contó con cien muestras paralelas, si bien continuó el recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero y otras agresiones asociadas a la manipulación y difusión de mentiras sobre el espacio y financiadas desde Estados Unidos.
La presidenta del Consejo Nacional de las Artes Plásticas, Norma Rodríguez, aludió a la intervención de los artistas foráneos, procedentes de 60 países, quienes asumieron totalmente sus gastos, y reconoció la participación de curadores y de estudiantes y profesores de las Escuelas Nacionales de Arte.
Por su parte, el director de la Bienal, Nelson Ramírez, enfatizó en la calidad del evento teórico; mencionó las conferencias virtuales, cuyas cifras de visualización superaron las 32 mil en, al menos, 82 naciones del orbe y advirtió sobre la baja presencia de extranjeros por las medidas restrictivas internacionales.
Meses antes, la declaración internacional en defensa de Cuba, publicada en el periódico mexicano La Jornada, sumó más de mil rúbricas en apoyo a la celebración de ese evento, desarrollado en la nación antillana desde 1984, con una visión novedosa de la creatividad latinoamericana y caribeña.
La Bienal de La Habana, concebida, diseñada y promovida por artistas, curadores y especialistas del Centro de Arte Contemporáneo Wilfredo Lam, resulta durante 13 ediciones un referente plural y diverso, que apuesta por manifestaciones conceptuales y renovadoras de ese sector en la actualidad.
Las personalidades firmantes aplaudieron sus varias décadas de existencia, como testimonio de su carácter experimental, sin condicionamientos ideológicos y la valía de ese espacio de resistencia para aquellas obras ausentes de los grandes circuitos mundiales.
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