Durante un coloquio que rindió homenaje al historiador de la capital cubana, Rosales recordó su voluntad de hacer e impulsar proyectos de restauración de La Habana, aún durante los momentos más difíciles de la enfermedad que lo envió a la inmortalidad el 31 de julio del 2020.
En ese sentido, expuso ante diplomáticos, intelectuales y representantes de diversos sectores de la sociedad francesa que en los últimos años Leal siempre se sobrepuso a los problemas de salud y nada lo detuvo.
“Por eso digo que no tenemos derecho a descansar los que nos quedamos con la misión de continuar la obra”, subrayó la funcionaria, quien estuvo más de 25 años al lado del artífice de la recuperación del casco histórico de La Habana, declarado en 1982 Patrimonio Cultural de la Humanidad.
De acuerdo con Rosales, en la Oficina del Historiador existe el lema “Leales a Leal” para seguir el ejemplo del ser humano definido hoy por la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, como un hombre excepcional y de acción, un maestro que soñó con una utopía y que realizó una gran labor para llevarla a cabo.
La directiva cubana presentó en el homenaje en la sede parisina del ente multilateral 70 fotos personales que ilustran el trabajo infatigable del prestigioso historiador en momentos en los que la enfermedad lo golpeaba.
Fueron en su último año de vida varias operaciones, pero nunca dejó de trabajar, señaló al tiempo que una pantalla gigante pasaba una tras otra imágenes de Leal recorriendo e inaugurando obras, conversando con delegaciones extranjeras o con obreros, y compartiendo con niños, para quienes siempre tuvo un momento.
La emoción y el reconocimiento al ser humano irrepetible, al profundo conocedor de La Habana y al magistral orador dominaron el auditorio, en el tributo organizado por la Misión Permanente de Cuba ante la Unesco y la asociación Cuba Coopération France.
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