“No creo en un riesgo de recesión”, aseguró el ministro, en declaraciones a France Inter, aunque matizó que “todo dependerá de lo que pueda pasar en Ucrania, y de la evolución de otros países, especialmente de China”.
El gobierno francés está elaborando una nueva previsión de crecimiento de la economía nacional, que será presentada en las próximas semanas, en las que incluirá una rectificación del presupuesto estatal y seguirá confiando en un aumento del producto interior bruto (PIB), actualmente fijado en el 4 por ciento.
Algunas instituciones internacionales consideran que las cifras serán sensiblemente más bajas, así el Fondo Monetario Internacional (FMI) pronostica un crecimiento del 2,9 por ciento para Francia, la Comisión Europea del 3,1 por ciento, mientras que el Banco de Francia muestra una horquilla de entre el 2,8 y el 3,4 por ciento, en función de la evolución de los precios de la energía.
Durante el primer trimestre del año el PIB francés cayó dos décimas, mientras que la inflación interanual se elevó en mayo hasta el 5 por ciento, lo que está ralentizando el consumo de los hogares, principal motor de la economía francesa.
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