Raúl, como cariñosamente le llama nuestro pueblo, lideró con tenacidad, sentido del deber y del momento histórico, altruismo, modestia, y sin apego a cargos ni responsabilidades, el proceso de continuidad generacional, remarcó uno de los textos leídos durante la sencilla ceremonia, encabezada por el embajador Orlando Hernández Guillén.
Recordó además palabras del Comandante en Jefe de la Revolución cubana, Fidel Castro, durante el V Congreso del Partido Comunista de Cuba, cuando consideró una suerte “que hayamos podido disponer de un compañero como Raúl”, conocido por su actividad infatigable, su trabajo constante y metódico en las Fuerzas Armadas y el Partido.
El General de Ejército está y continuará presente siempre porque es un referente para cualquier comunista y revolucionario cubano, añadió el documento.
Otra reseña dada a conocer en el acto puso el acento en la inconmensurable fidelidad demostrada por Raúl Castro en más de siete décadas de lucha; el carácter martiano y latinoamericanista de su pensamiento revolucionario, y una cualidad distintiva con la que ha sabido honrar su segundo nombre: Modesto.
Parece digno de él mencionar que este mes conmemoraremos, el próximo día 14, un aniversario más del natalicio de dos grandes de América: Antonio Maceo y Ernesto Che Guevara, combatientes unidos por la historia y que no solo tocan profundamente el corazón de Raúl, sino el de todos los cubanos, enfatizó la nota.
En el cierre del acto se dejaron escuchar los acordes de la canción “El último mambí”, compuesta por el trovador cubano Raúl Torres y dedicada al General de Ejército Raúl Castro.
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