Bautizado como Neptuno implica la construcción de una nueva estación de bombeo en un balneario aledaño al Rio de La Plata y una tubería aductora de 85 kilómetros de extensión para mejorar el abastecimiento.
El presidente de la gremial, por sus siglas FFOSE, Federico Kreimerman, declaró que «este tipo de políticas no solo perjudican a las grandes mayorías sino que benefician a grandes empresas.
Agregó que «la privatización de la producción de agua potable antepone el lucro al fin social, contrario al mandato constitucional que considera el acceso a ese recurso como un derecho humano fundamental».
Según detalló, el cuestionado proyecto tiene un costo de tres mil millones de dólares y está la propuesta de que eso se financie con un contrato a 30 años, que operaría la planta y la OSE le compraría el agua potable para luego distribuirla a los usuarios.
En esa perspectiva la entidad estatal pagaría por cada metro cúbico y por tener agua potable pronta y disponible, 12 millones de dólares por año, agregó el dirigente sindical.
FFOSE dejó claro que desaprueba las privatizaciones en todas las áreas del organismo y del Estado, porque encubren el progresivo deterioro y desmantelamiento, favoreciendo la precarización del trabajo y la ineficiencia de los servicios brindados.
En el seno de OSE, el director por el Frente Amplio, Edgardo Ortuño, reivindicó que la idea del anterior gobierno era la construcción con menor costo de una represa sobre el arroyo Casupá que desemboca en el río Santa Lucía, en el vecino departamento Canelones, un proyecto ya encaminado cuando asumió la presidencia Lacalle Pou.
Por su parte la central sindical Pit-Cnt manifestó su pleno respaldo a la denuncia de los empleados de la empresa estatal OSE, que dispone de una larga experiencia en el servicio a la poblacion capaz de asegurar el acceso público del agua.
oda/hr