Reunimos esta tarde a las agencias regionales de salud para asegurarnos de que todo esté coordinado, escribió en Twitter, en medio de preocupaciones por las consecuencias de temperaturas que pudieran llegar hasta los 40 grados centígrados en el sur del país, inusuales para esta época del año.
El nuevo episodio canicular, después del registrado a finales de mayo, fue analizado también en el Consejo de Ministros, declaró a la prensa la portavoz gubernamental, Olivia Grégoire.
De acuerdo con la vocera, se destinarán 500 millones de euros a un plan para dotar a las ciudades y sus centros urbanos de condiciones para lidiar con las altas temperaturas, iniciativa que incluye la construcción de los llamados “islotes de la frescura”, zonas que absorben menos calor.
Según autoridades meteorológicas, desde hoy y hasta el sábado Francia sufrirá las consecuencias de una depresión localizada en las inmediaciones del archipiélago de Madeira y de las islas Azores, regiones autónomas atlánticas de Portugal, que empuja una masa de aire subtropical hacia el norte europeo.
El mercurio de los termómetros ascenderá hasta 35-38 grados, con picos superiores en varios territorios.
La ola de calor parece fuerte e inédita en este período, subrayó Grégoire.
Cada episodio canicular en suelo galo trae recuerdos tristes, sobre todo del sufrido en 2003, al cual se atribuyen al menos 15 mil muertos.
Evitar el ejercicio físico intenso, mantenerse hidratado y proteger a los más ancianos, suelen destacar entre las recomendaciones de las autoridades para enfrentar olas de calor como la que se avecina.
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