Promovida por la agencia de viajes Gaviota Tours, visitantes hospedados en el destino turístico Jardines del Rey —de la cayería norte avileña— acogen la excursión “Azúcar, tabaco y ron” para adquirir conocimientos sobre la evolución y el desarrollo de la industria azucarera cubana.
Según informó a Prisma el director de la instalación, José Ángel Sierra, el museo tiene su sede en el antiguo central azucarero Patria o Muerte, y en sus 10 áreas, tanto al aire libre como interiores, exhibe equipos e instrumentos empleados en la producción cañera y la mecanización agrícola, así como las principales variedades de caña que se siembran en el país.
Los visitantes pueden apreciar un trapiche, un tándem de molinos, una báscula, motores de línea, un zepelín de 1917 y una grúa que fue empleada en la construcción del canal de Panamá. Pero acaso más llamativas vienen a ser las 14 locomotoras de vapor fabricadas en el pasado siglo, que se encuentran en buen estado de conservación, una de ellas en funcionamiento.
Situada a unos 480 kilómetros al este de La Habana, en la instalación el turista se relaciona de forma interactiva con el trapiche —primer equipo utilizado por los esclavos para producir azúcar—, del cual se obtiene guarapo o jugo de caña para su degustación, puntualizó Sierra.
Además, en la sala de historia, ubicada en una casona de estilo colonial californiano, el viajero recibe la explicación sobre las diferentes etapas transitada por la industria azucarera cubana, así como los principales derivados de la caña de azúcar que hoy comercializa el país.
Destacó el directivo que en ese lugar ofrecen al visitante canchánchara, coctel originario de Cuba que se elabora con aguardiente de caña, miel de abeja y limón. Con una fuerte tradición en la región oriental de la isla, durante las guerras independentistas contra España, los mambises acostumbraban a consumir esta bebida como una forma de evitar o aminorar afecciones respiratorias.
Esta es una de las excursiones más solicitadas por los turistas en la zona de recreo Jardines del Rey, principalmente alemanes, argentinos, rusos y canadienses; estos últimos representan más del 60 por ciento de los clientes que llegan al Patria o Muerte en la actualidad, según manifestó Sierra.
La propuesta concluye con un recorrido entre plantaciones de caña a bordo de tres coches abiertos tirados por una locomotora de vapor marca Baldwin, de 1920, que los conduce hasta el restaurante campestre Rancho Palma.
En ese sitio el visitante tiene un tiempo de descanso en el que puede deleitarse con variadas flora y fauna autóctonas, disfrutar al aire libre de un almuerzo criollo confeccionado con carbón vegetal y aprovechar la oportunidad para maridar exquisitos puros junto al ron cubano.
Al colocar al turista en contacto directo con la industria azucarera cubana y ofrecerle la posibilidad de conocer desde la siembra hasta el proceso industrial, indudablemente el paseo cautiva. El central Patria o Muerte fue construido en 1914 y resultó el primero del país en introducir la mecanización en el corte y alza de la caña. Luego del proceso de reordenamiento del sector, se convirtió en museo para salvaguardar el patrimonio azucarero cubano y mantener vigentes las tradiciones históricas y culturales de una de las industrias con más larga data en el país.
Hoy forma parte del proyecto cultural La Ruta del Esclavo, aprobado en 1993 por la Unesco.
(Tomado de Prisma)