Los cubanos Jesús Cejas y Crescencio Galañena fueron abordados el 9 de agosto de ese año por un grupo de tarea de la dictadura, a unos pasos de la sede diplomática cubana, y más tarde asesinados en el centro clandestino de detención y tortura Automotores Orletti, uno de varios que funcionaron como lugares de exterminio.
Casi cuatro décadas después, en junio de 2012, fueron hallados los restos de Galañena en un tanque metálico de 200 litros relleno con cemento, en un predio abandonado de la localidad bonaerense de Virreyes.
Un año más tarde fueron encontrados los de su compañero.
A través de su perfil en la red social Twitter, Pietragalla informó que conversó con el embajador de la isla sobre la planificación del traslado de los barriles.
Por su parte, Prada explicó que se trabaja “para completar un importante acto de reparación a las familias de Cejas y Galañena, así como a todo el pueblo de Cuba, víctima del terrorismo de Estado”.
En abril de este año, la Justicia argentina ordenó la entrega al Archivo Nacional de la Memoria de cuatro tanques metálicos encontrados en 2012 y 2013 con restos óseos de víctimas de la última dictadura en este país.
Antes, especialistas del Instituto Nacional de Tecnología Industrial y el Equipo de Antropología Forense trabajaron en su estudio, análisis e identificación.
Según la exdiplomática argentina Juliana Marino, la muerte de ambos jóvenes estuvo directamente relacionada con la represión y el terrorismo respaldados por Estados Unidos en el marco del Plan Cóndor.
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