El sismo de magnitud 5,9 del miércoles en Afganistán causó la muerte de unas mil 100 personas y destruyó o dañó unas 10 mil casas, derribó torres de telefonía móvil y líneas eléctricas, y provocó desprendimientos de rocas y barro que bloquearon carreteras de montaña.
Los medios de comunicación estatales afirman que al menos cinco personas murieron y 11 resultaron heridas cuando otro temblor de menor magnitud sacudió la misma zona este viernes, justo cuando la ayuda empieza a llegar a las provincias afectadas, indicó el canal Al Jazeera.
El Ministerio de Defensa talibán afirmó que se completó el 90 por ciento de las operaciones de búsqueda y rescate mientras el gobierno hace repetidos llamamientos de ayuda internacional.
Abdul Qahar Balkhi, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores afgano, llamó en un tuit a las agencias de gestión de desastres naturales y a la comunidad internacional a proporcionar ayuda inmediata y completa al pueblo.
La agencia de la ONU para los refugiados, Acnur, envió tiendas de campaña, mantas y láminas de plástico y el Programa Mundial de Alimentos entregó reservas de alimentos para unas 14 mil personas en la provincia de Paktika.
A su vez, la Organización Mundial de la Salud proporcionó 10 toneladas de suministros médicos suficientes para cinco mil 400 cirugías.
Por otra parte, la Oficina de Ayuda Humanitaria de la ONU afirmó que se realizan preparativos para evitar un brote de cólera tras el terremoto, pues se registraron medio millón de casos de diarrea aguda.
También, la organización internacional por los derechos de la niñez Save the Children dijo que más de 118 mil pequeños fueron afectados por el desastre.
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