«En mi opinión, la principal conclusión que podemos extraer es que en Madrid la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) completó el giro evolutivo de su desarrollo desde su fundación, en 1949, y volvió a sus raíces: es decir, a los esquemas de seguridad militar de la época de la Guerra Fría», declaró el diplomático.
Durante una discusión con diplomáticos en el Club Internacional de Debate Valdái, Grushkó agregó que este giro comenzó mucho antes de que Rusia iniciara su operación militar especial en Ucrania, entre los años 2012 y 2013, reseñó el servicio de prensa de la cancillería rusa.
«Todas sus intervenciones militares, empezando por Bosnia, Yugoslavia, Libia, Irak aparte, aunque la mayoría de los países del bloque militar participaron allí también, finalmente Afganistán, tuvieron consecuencias que son, por decirlo suavemente, lo contrario de las expectativas”, recalcó el viceministro de Asuntos Exteriores.
Grushkó argumentó además que la posible entrada de Finlandia y Suecia en la Alianza Atlántica podría provocar un deterioro de la situación militar en la región del mar Báltico.
En ese sentido, añadió que es de esperar que la OTAN comience a insistir en que la mayor vulnerabilidad de Helsinki está en los mil 300 kilómetros de frontera ruso-finlandesa, y con ello justifique el despliegue de tropas y armamentos en la zona.
“Y todo eso conducirá al deterioro de la seguridad regional, complicará significativamente la situación general en el norte, reducirá las posibilidades de cooperación pacífica, tan demandada ahora en esta parte de Europa y en esta parte del mundo, en general», explicó el diplomático.
Grushkó agregó que, como resultado de la expansión de la OTAN en estos países, “el desarrollo militar del territorio de los nuevos miembros de la región militarmente más tranquila de Europa se convertiría en un escenario si no de confrontación armada, sí de rivalidad militar totalmente innecesaria”.
En este mismo orden, el canciller ruso, Serguéi Lavorv, en un intercambio hoy con profesores y estudiantes de la Universidad Estatal de Belarús, explicó que el bloque militar intenta encontrar un enemigo externo para explicar su existencia debido a que el significado de la Alianza se perdió tras la desaparición del Pacto de Varsovia y la Unión Soviética.
Al respecto, recordó que en aquella época se inició un estrecho diálogo entre Rusia y la Unión Europea, se celebraban cumbres dos veces al año, el Gobierno ruso se reunía anualmente con toda la Comisión Europea, había 20 diálogos sectoriales y cuatro espacios comunes en los que se desarrollaba la cooperación práctica.
Sin embargo, agregó Lavrov, ahora la Alianza Atlántica busca rodear a la nación euroasiática, interfiere en los asuntos de los países de la región, y lejos de colaborar crea inseguridad para todo el continente europeo. mv/odf