La jornada de clausura de la 55 Jornada Cucalambeana será una fiesta de tonadas, versos, décimas y pie forzados en memoria de quien fuera catalogado el exponente más importante de la espinela del siglo XIX en la isla.
Para muchos especialistas, su labor se ubica en la cumbre del llamado siboneísmo y criollismo literario que se manifiesta en libros de su autoría como Rumores del hórmigo de 1856, escrito en décimas guajiras.
Por tales razones, el evento emergió en la localidad oriental El Cornito con especial dedicatoria a Nápoles Fajardo, quien, además de la poesía, desarrolló oficios vinculados con el periodismo, el teatro y la edición.
Fue su colega Jesús Orta Ruiz, el Indio Naborí, el encargado de organizar la festividad con una primera edición en 1966 para exhibir las tradiciones diversas del campesinado cubano y el talento inmerso en las comunidades.
De los atractivos de la cita destaca el concurso Justo Vega que entrega el Premio de Improvisación homónimo y el galardón Cucalambé dedicado a la décima escrita, además del encuentro teórico con estudiosos nacionales y extranjeros.
El certamen constituye también oportunidad para la confluencia con otras expresiones artísticas como las artes visuales que alcanzan protagonismo con el salón de la Décima Ilustrada, Paisaje y Artesanía.
Al decir del equipo creativo, el propósito medular es mantener la vitalidad del acontecimiento cultural para «brindar al mundo las más sublimes muestras de arte y cultura en defensa de la identidad cubana».
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