La encuesta realizada por a la agencia YouGov poco después de la dimisión la víspera de dos ministros claves del gabinete arrojó que solo el 18 por ciento de las tres mil personas entrevistadas abogó por la permanencia de Johnson en el poder.
Aunque un 13 por ciento prefirió no opinar, la sorpresa está en que por primera vez desde de su elección como primer ministro en 2019, una mayoría de votantes conservadores (54 por ciento) cree que el gobernante debe salir cuanto antes del número 10 de la calle Downing.
Detrás del descontento popular con la gestión de Johnson, quien este miércoles enfrenta una avalancha de renuncias dentro del gabinete y crecientes llamados a que dimita, está su manejo del más reciente escándalo sexual protagonizado por un miembro de la bancada conservadora.
El “Pinchergate”, que aluda al caso del legislador Chris Pincher, suspendido de su curul por comportarse de forma inapropiada en un bar privado londinense donde manoseó a dos hombres después de beber demasiado, se suma al “partygate”, término que utiliza la prensa local para referirse a las fiestas ilegales celebradas en el despacho del primer ministro durante la cuarentena por la pandemia.
La oficina de Johnson se dijo y contradijo varias veces sobre qué tanto sabía este sobre las quejas formuladas contra el diputado antes de nombrarlo jefe de la disciplina partidaria en la Cámara de los Comunes en febrero pasado, y al final el propio gobernante debió admitir ante las cámaras de la televisión que se equivocó, y aunque ofreció unas disculpas tardías, el mal ya estaba hecho.
A las renuncias de los ministros de Salud y Hacienda, Sajid Javid y Rishi Sunak, respectivamente, siguió una avalancha de dimisiones protagonizada por viceministros, secretarios y otros funcionarios del gabinete, mientras el número de diputados conservadores que dice no confiar en su liderazgo seguía aumentando este miércoles.
Johnson superó el mes pasado una moción de censura promovida por un grupo de diputados tories descontentos con su liderazgo, y aunque las reglas internas del partido establecen que no puede ser sometido a otro voto de confianza hasta dentro de un año, no se descarta que la directiva de la organización acceda a cambiar las normas para destronarlo.
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