Mirziyóyev afirmó que los disturbios tienen por objetivo afectar la integridad territorial de Uzbekistán y crear un conflicto interétnico, según destacó este miércoles la televisión estatal de esta capital.
El mandatario agregó que, además de investigar los hechos, es necesario comprobar si hubo algún abuso de autoridad por parte de los agentes del orden público.
Lo principal es que nada amenace la paz de la población, y los sectores de la economía funcionan, comunicó el presidente con respecto a la situación en Karakalpakistán.
Los pasados días 1 y 2 de julio, en Nukus estallaron disturbios que causaron al menos 18 muertos y más de 240 heridos.
El descontento popular fue provocado por una de las más de 200 enmiendas a la Constitución, que habría cancelado el estatus actual de Karakalpakistán, que ocupa un 40 por ciento del territorio de Uzbekistán y goza del estatus de «república soberana» en el seno del país.
La república dispone de una carta magna propia, cuenta con poder de decisión en materia de división territorial y administrativa y tiene el derecho a la secesión a través de un referéndum.
Los violentos disturbios obligaron al Gobierno central a decretar el estado de emergencia y el toque de queda nocturno en territorio karakalpako del 3 de julio al 2 de agosto y dar marcha atrás a las enmiendas más polémicas.
Este lunes la Cámara Baja del Parlamento uzbeko aprobó, por unanimidad, mantener sin cambios los artículos del 70 al 75 de la Constitución en vigor, referentes a la república de Karakalpakistán.
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