Desde el jueves, medio centenar de focos de fuego fueron identificados en la zona, en particular en el departamento de Gard, colocado desde ayer en máxima alerta por la amenaza de las llamas.
Las altas temperaturas, la sequía y los vientos atizaron los incendios y obligaron al despliegue de unos mil bomberos con equipos.
Según los reportes de la prensa, las localidades de Bessèges, Bordezac y Gagnières son las más afectadas.
Los bomberos de Gard señalaron que mantienen este sábado la vigilancia con unos 500 efectivos movilizados.
Asimismo, destacaron que pese a la fuerza de las llamas y la destrucción de mucha vegetación, no se registran daños humanos ni de infraestructura de importancia.
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