Los puertorriqueños integrantes de la XXXI Brigada de Solidaridad Juan Rius Rivera compartieron con los santiagueros y participantes de otras latitudes la última jornada de la celebración, iniciada el sábado pasado, tras la interrupción presencial ocasionada durante dos años por la Covid-19.
Grupos portadores de la cultura popular tradicional, esencia de la Fiesta del Fuego y de la Casa del Caribe como anfitriona, fueron los protagonistas del colofón de estos siete días en los que transcurrieron presentaciones artísticas, disertaciones académicas y rituales mágico-religiosos.
Las centenarias congas y comparsas, los paseos y otras expresiones del carnaval de la urbe, Patrimonio Cultural de la Nación, desplegaron la autenticidad de sus evoluciones como un legado ancestral que defienden las nuevas generaciones.
El desfile de clausura se extendió por más de dos horas para finalizar en la Avenida de La Alameda, junto al mar, con la ceremonia de la Quema del Diablo, mediante la cual se exorcizaron los demonios, males y adversidades, para acoger una nueva fiesta en 2023.
Un concierto de la orquesta Karachi, de gran arraigo en la ciudad, puso la nota final en una programación que se caracterizó por su amplitud y diversidad en plazas, teatros, calles y otros escenarios.
El presidente de la República, Miguel Díaz-Canel, departió en la Casa del Caribe el miércoles 6 con una representación de sus colectivos emblemáticos y exaltó la trascendencia del evento que preserva la identidad nacional en tiempos de desafíos hegemónicos y neocoloniales.
Sostenida ininterrumpidamente desde 1981 hasta el 2019, la cita desarrolló versiones virtuales, por las redes sociales de Internet, en los dos últimos años, para mantener vivo el espíritu de resistencia creativa que la ha marcado desde su fundación.
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