El escritor y periodista Pedro de la Hoz, vicepresidente de esa institución cultural, aludió a la comunidad de intereses entre ambos intelectuales “desde los signos externos como el color de la piel hasta las causas que debían promover y defender”.
El crítico literario, quien encabeza la comisión José Antonio Aponte de la Uneac, significó cómo la condición social de ambos literatos devino definición de la necesidad de lucha por la igualdad y la justicia, y la reivindicación del legado tradicional de los pueblos africanos.
Asimismo, aludió a la confluencia de Guillén y Hughes en La Habana de 1930, por mediación del periodista José Antonio Fernández de Castro, y al intercambio de versos e ideas en una ciudad marcada por la música de las agrupaciones soneras.
Por su parte, el artista y activista social iraquí estadounidense Andy Shallal, quien preside una delegación norteamericana de visita en la isla, refirió cómo el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto desde Washington limita este tipo de iniciativas.
A su juicio, existen numerosos elementos asociados a la belleza de las dos tierras y el espíritu de sus pueblos, destacó la presencia en la obra de Guillén y Hughes de las raíces africanas y comunicó la existencia de un mural creado por él sobre la conexión mutua de los intelectuales.
La pintura titulada Tengo refleja los logros del representante de la denominada poesía negra en la nación caribeña, desde el arte, la literatura y el escenario social, relacionados con los procesos de mestizaje y transculturación, tras el triunfo revolucionario.
La comitiva estadounidense intervendrá también este martes en un encuentro con intelectuales en el panel Cuba y su negritud, racismo y antirracismo, influencias en la vida social y cultural y la presentación del libro Madrigal para un príncipe negro, de la poetisa Nancy Morejón.
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