Debemos trabajar más tiempo, no hay dudas de eso, dijo el jefe de Estado a la televisión local, a propósito de su proyecto de extender la edad de retiro más allá de los 62 años, un objetivo que no pudo concretar en su primer quinquenio de gestión, en medio de la pandemia de la Covid-19 y del rechazo a esa iniciativa.
De acuerdo con Macron, las discusiones sobre el proyecto deben comenzar tras el regreso de las vacaciones, con los sindicatos, las patronales y las fuerzas políticas en el Parlamento.
Esperamos la entrada en vigor de la reforma en el verano del 2023, señaló en un escenario desafiante, marcado por la inflación, el revés oficialista en las elecciones legislativas de junio, en la que perdió la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional, y las consecuencias económicas de la guerra en el este de Europa.
Respecto a ese conflicto, reiteró que Francia no es beligerante, pero subrayó la ayuda a Ucrania y la continuidad de las sanciones contra Rusia y del empeño de occidente en lograr la independencia energética, en particular del gas ruso.
Debemos prepararnos para un conflicto que dure, el verano y el comienzo del otoño serán sin dudas muy duros, manifestó.
Según Macron, en este contexto, el presupuesto del ejército francés no disminuirá, por el contrario.
En cuanto a la reciente polémica por sus vínculos con la plataforma estadounidense de servicios de movilidad Uber en 2015, cuando era ministro de Economía y Finanzas, el presidente defendió sus pasos, pese a las acusaciones de la oposición de privilegiar los intereses privados y extranjeros a los nacionales.
Lo haría de nuevo, no soy una persona que se deje influenciar, no hay nada en las pretendidas investigaciones que lo refuten, afirmó.
El fin de semana, los medios Le Monde y Radio France comenzaron a publicar artículos sobre el consorcio que brinda servicios de transportación en grandes ciudades y su manera de triunfar en suelo galo, un mercado presumiblemente facilitado por Macron.
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