El joven camboyano Sarrakk Sein y más integral entre los titulados, reconoció el esfuerzo de los profesores y compañeros de estudio y agradeció las atenciones y el apoyo brindado durante los siete años de estancia en el centro universitario de Ciego de Ávila.
Puntualizó que las principales enseñanzas recibidas aquí fueron la estrecha vinculación con los pacientes, aspecto que sirvió de práctica desde los primeros años de la carrera y del calor humano de los cubanos.
Entretanto, José Denis Mejías, de Nicaragua, resaltó el alto nivel de los conocimientos recibidos en las diferentes etapas y confirmó el compromiso de cumplir con los principios adquiridos para prestar su servicio a los más necesitados.
Por su parte el yemenita Adnan Hussein Ali Al-Khaleci subrayó que muchos avileños les abrieron las puertas de sus hogares como si fueran uno más de la familia, gesto que siempre tendrá presente en su vida.
Durante la graduación efectuada recientemente en Ciego de Ávila, el decano de la Facultad de Ciencias Médicas, Rubén Mayo, señaló que no existe bloqueo en el mundo que impida a Cuba continuar con la formación de profesionales, quienes llevarán salud a diferentes rincones del universo.
Exhortó a los nuevos galenos a llevar a los lugares más necesitados la luz de los conocimientos aprendidos, y así dar cumplimiento a los valores de altruismo, solidaridad e internacionalismo que fomenta la escuela cubana de medicina.
Desde 1999 se han graduado en la Isla como médicos y otras especialidades de salud más de 30 mil jóvenes de familias con escasos recursos económicos de diferentes países, un programa ideado por el líder de la Revolución cubana, Fidel Castro.
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