A cuatro voces, Ópalo elevó la tradición sonora de la isla en el recinto religioso, que abrió sus puertas tras un proceso de intervención a su altar y otros componentes arquitectónicos e integra una de las salas museables más visitadas por el público nacional y extranjero.
La capilla, que forma parte de la Fortaleza San Carlos de la Cabaña, rememora los actos religiosos llevados a cabo en los primeros siglos de la época colonial en Cuba y exhibe restos humanos asociados a las costumbres y prácticas funerarias en ese período histórico.
Con las primeras campanadas del atardecer sonaría el Aleluya para el pequeño auditorio que ovacionó piezas antológicas como Cecilia Valdés, de Gonzalo Roig, compositor cubano reverenciado en el repertorio de la agrupación que hizo suyo El lamento negroide.
El cuarteto demostró su talento al asumir otros temas desafiantes del panorama sonoro internacional, entre ellos, Over the rainbow, de Harold Carben, o la siempre aclamada escena final de El Fantasma de la Ópera.
La directora de comunicación del Complejo de Museo Histórico Militar Morro-Cabaña, Adriana Pino, detalló a Prensa Latina el amplio proceso de restauración general que permitirá la apertura de salas expositivas donde se mostrarán distintas colecciones basadas en proyectos de investigación.
En palabras de Pino, el debut de los jóvenes integrantes del conjunto vocal Ópalo retoma el camino ya trazado para acoger la música cubana y contemporánea al tiempo que dignifica los logros del sistema de enseñanza artística en el país por ser egresados del Teatro Lírico Nacional.
Para su director y fundador, Marcos Prauls, este espacio posee una historia y resonancia muy especial que nos ha privilegiado como lo hizo, en sus orígenes, con los coros que acompañaban las procesiones religiosas.
Con la presentación, la institución apuesta por la promoción del arte y las nuevas generaciones defensoras con ahínco de la música lírica, la cual tendrá un espacio permanente en el sitio declarado Monumento Nacional.
El Castillo de los Tres Reyes del Morro pertenece al sistema de fortificaciones de La Habana, que junto con el centro histórico de la ciudad fue declarado en 1982 Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
jha/chm