Gagarin le había dado la vuelta a la Tierra el 12 de abril de ese año en el primer satélite puesto en órbita por su país tripulado por una persona, y con su misión, la comunidad científica en especial la soviética, pudo dar inicio a una serie de estudios sobre el cosmos.
El también piloto de aviación fue invitado por el Gobierno Revolucionario a los festejos por el octavo aniversario del 26 de julio, jornada vital de las luchas libertarias lideradas por el líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro, para derrocar la dictadura de Fulgencio Batista.
En la capitalina plaza de la Revolución el entonces presidente cubano Osvaldo Dorticós impuso a Gagarin por primera vez la Orden Playa Girón, otorgada a ciudadanos cubanos o extranjeros destacados en las luchas contra el imperialismo, el colonialismo o el neocolonialismo, o que realicen grandes hazañas por la paz y el progreso de la humanidad.
«La Unión Soviética se cubría de gloria y de prestigio lanzando el primer hombre al espacio, cuando el gobierno de Estados Unidos lanzaba contra nuestro pueblo su criminal invasión… «dijo en aquel acto el primer ministro Fidel Castro, al rememorar a la invasión mercenaria estadounidense por Bahía de Cochinos en abril de 1961.
A su turno, Gagarin agradeció el reconocimiento de los cubanos y auguraba: «llegará la hora en que este pueblo mandará al espacio su propio cosmonauta.”
Y así fue, el 18 de septiembre de 1980 el cubano Arnaldo Tamayo llegaba también al cosmos en una tripulación junto a otro soviético: Yuri Romanenko. /alb