De acuerdo con la entidad cultural, el octogenario creador falleció en esta capital, legando una prolífera obra sin la cual «no podría escribirse la historia del nuevo cine de la isla generado por el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (Icaic)».
El Premio Nacional de Cine 2016 desarrolló su carrera a partir de 1950 como luminotécnico en centros nocturnos y en la televisión y luego integró el equipo técnico de Cine-revista, dirigido por el reconocido director Tomás Gutiérrez Alea.
Nápoles grabó el primer viaje de Fidel Castro por la otrora Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y fue parte de otros registros audiovisuales del líder revolucionario en disímiles eventos nacionales e internacionales.
Su superación dentro del gremio le permitió asumir en 1961 las cámaras del Noticiero Latinoamericano del Icaic y desempeñarse como principal operador de otro imprescindible del séptimo arte en la nación caribeña: Santiago Álvarez.
Junto al documentalista, Iván puso su sello en los materiales Ciclón, Cerro pelado, Hanoi, martes 13, 79 primaveras, Mi hermano Fidel; en tanto fungió como director de fotografía en el único largometraje de Santiago titulado Los refugiados de la Cueva del Muerto (1983).
Asimismo, Nápoles acompañó al cineasta Rigoberto López en el filme Puerto Príncipe mío y a la realizadora Lourdes de los Santos con quien trabajó entre 1997 y el 2012 en los títulos Identidad, Estado de gracia, Razón de ser, De mi alma, recuerdos, A golpe de canción.
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