Hace 69 años, jóvenes encabezados por el líder histórico asaltaron los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes y se rebelaron contra la dictadura de Fulgencio Batista en la isla.
En un artículo publicado en su blog, Borón resaltó la relevancia de esos hechos para el desarrollo del proceso revolucionario y el triunfo del 1 de enero de 1959, así como su repercusión en la región.
Fue una acción heroica que terminó reprimida con sanguinaria brutalidad por las fuerzas militares del dictador Batista. Las salvajes torturas y los asesinatos a mansalva de los prisioneros son las páginas más infames de la historia, denunciada con inigualable elocuencia por Fidel en su célebre alegato La Historia me Absolverá, señaló.
La detención y ejecución de Abel Santamaría (1927-1953) y otros compañeros fue de una crueldad y maldad espeluznantes. En medio de esa matanza dos mujeres extraordinarias, Melba Hernández (1921-2014) y Haydée Santamaría (1922-1980), sentaron un ejemplo de heroísmo militante en Nuestra América, añadió.
El catedrático aseguró que las acciones de esos jóvenes inauguraron una nueva etapa en la inconclusa batalla por lograr la definitiva independencia de los pueblos del continente, “hoy más amenazados que nunca por la inaudita violencia del imperio estadounidense”.
Además, señaló que el triunfo de la Revolución cubana fue la feliz culminación del asalto al Moncada y un potente grito de rebeldía que convocó a la región a librar la lucha por la justicia, la democracia y el fin de la dominación norteamericana.
Por eso la gratitud popular para quienes se lanzaron con valentía a conseguir lo que parecía imposible, concluyó.
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