La información genera amplias reacciones y cobertura mediática en suelo galo, donde en las últimas dos semanas más de 20 mil hectáreas de bosques fueron arrasadas en departamentos como Gironda, Hérault y Ardecha, con miles de personas evacuadas y algunas viviendas destruidas o dañadas.
Según la Fiscalía de Montpelier, la capital de Hérault, el pirómano confeso admitió que con encendedores desató las llamas en fuegos reportados el 22 de mayo, el 21 de julio y el 26 de este mes.
El bombero declaró como objetivo conseguir la excitación que le producen las intervenciones y la salida de un entorno familiar que consideró agobiante.
La sequía, las altas temperaturas y los vientos han generado un desafiante escenario en Francia, donde la noticia de la extinción de un fuego forestal ha sido seguida en los últimos días por la del comienzo de un nuevo foco.
En Gironda, 21 mil hectáreas de pino resultaron devastadas antes del control de los incendios en Landiras y La Teste-de-Buch, mientras en Hérault destruyeron un millar y en Ardecha unas 900 hectáreas.
Esta tarde, autoridades confirmaron varios focos en el también sureño departamento de Aude, con afectaciones creadas por las llamas en la circulación vehicular por la autopista A61, provocando la movilización de 200 bomberos y una decena de aeronaves.
De acuerdo con el ministro del Interior de Francia, Gérald Darmanin, nueve de cada 10 incendios tienen origen humano, por lo que advirtió que los pirómanos pudieran enfrentar hasta 30 años de cárcel si se demuestra su responsabilidad.
jcm/wmr